dimecres, 17 de juny del 2009

CUARTA ETAPA : ARCOS DE LA FRONTERA

Dicen que Arcos de la Frontera es uno de los pueblos más bonitos de Andalucía. Está encaramado en un escarpe vertical, una peña que va deshaciendo el río Guadalete. Tiene unas calles muy estrechas donde abundan los palacetes y casa señoriales barrocas, casas de blancas fachadas, balcones de forja y geranios presidiendo las ventanas.
En la diminuta Oficina de Turismo, en la plaza del Cabildo, se ofrece un plano con 23 sitios interesantes; en un día pueden visitarse todos andando porque están muy cerca uno del otro. Vistos los monumentos hay que apacentar el estómago. Los dos días que cenamos en Arcos fueron en sitios distintos. Hay menú por 7 euros en la mayoría de restaurantes de la zona y ofrecen comida del lugar: sopa de picadillo y gazpacho siempre.
Otra cosa que nos llamó la atención fueron los caracoles blancos y chiquitos que se toman en los bares de tapeo. Los ponen sólo hervidos, en un vaso y en el jugo de cocerlos. La gente se entretiene comiéndolos, uno a uno, y luego se beben el caldo.
Esta tierra está llena de miradores. En Arcos el Mirador de la Peña Nueva en la Plaza del Cabildo, centro del casco antiguo, es espectacular.
Dormimos en un hotel con encanto: “La casa de Bóvedas”, un lugar para recomendar.
Nos aconsejaron aparcar en la Plaza del Cabildo. Ni se os ocurra si lleváis coche grande, es mejor dejarlo aparcado fuera del casco antiguo y subir andando. Si estáis muy cansados o con maletas, como nosotros el día que llegamos, un taxi cobra 6 euros por subiros. Es toda una aventura subir en vuestro coche por las calles estrechas y no se puede aparcar en ningún lado.