diumenge, 29 de desembre del 2013

POR LONDON CYTY


¿Qué tendrá la capital británica para que cada año reciba más de 25 millones de viajeros?
¿Por qué todo el mundo parece conocer Londres antes de visitarla ?


Los autobuses rojos de dos pisos, las cabinas telefónicas, la Guardia Real del palacio de Buckingham, los taxis, la Torre del Big Ben, la señal de Underground, ... son símbolos que se reconocen al instante y son todo un reclamo para los turistas.



Es complicado saber por dónde empezar la visita y el único problema será siempre la falta de tiempo.
Nuestra opción primera fue buscar el corazón de la ciudad, la llamada “milla cuadrada” (Square Mile), su perímetro medieval, la London City.


Había leído que allí por el año 55 a. C., el romano Julio César llegó a la zona y decidió crear un puerto al que llamó Londinium (algo así como "fuerte del lago" en bretón), en la ribera norte del estuario del Támesis. La ciudad creció, se construyó un puente sobre el río y Londinium se convirtió en el punto comercial más importante en ese sector del imperio. Los romanos levantaron un templo en honor de Mitra y una gran muralla perimetral de la que solamente son visibles algunos restos.


Actualmente es uno de los enclaves más caros del mundo porque allí se aloja el corazón financiero de la ciudad. Más de 300.000 personas acuden cada día a trabajar; en cambio, los fines de semana aparece semi desierta porque cuenta con pocos residentes.
La primera impresión me resultó paradójica porque siendo la zona más moderna con innovadores rascacielos, allí estén encerrados dos mil años de historia. No pude imaginar ni por un momento que en ese lugar se habían asentado los romanos, no vimos ni rastro.


Lo que sí vimos fue una mezcla de calles y callejones con nombres medievales al lado de avenidas con esos edificios modernos repletos de oficinas que ocultan la mayoría de las veces iglesias que conviven con ellos en ese lugar.
Decidimos ver solamente por fuera lo más importante que recomiendan en todas las guías: Catedral de St Paul, el rascacielos Gherkin de Norman Foster, la Torre de Londres, la columna del Monument y el Tower Bridge.


La Catedral de St Paul tiene la cúpula de mayor diámetro del mundo, después de la del Vaticano de Roma y ha sido escenario de acontecimientos importantes como la boda del príncipe Carlos con Diana Spencer o el entierro de Winston Churchil. Acceder al interior cuesta 15 libras, precio que nos pareció excesivo. Pero tiene su explicación: los museos son gratis porque el gobierno subvenciona la cultura; las iglesias no, porque deben ser ayudadas por los fieles de cada religión.


Paseando por la calle Queen Victoria encuentras casas victorianas de gran riqueza arquitectónica que tienen su proyección moderna en los grandes colosos que se sitúan más al este. El más famoso de estos rascacielos es St Mary Axe, conocido por todo el mundo como Gherkin o “el pepinillo”, diseñado por Norman Foster.


Otro de los puntos a tener en cuenta es el Monument, columna de piedra de más de 60 metros de altura que ofrece precisas vistas desde su mirador si te atreves con los 311 peldaños de su escalera en espiral.


Muy cerca se encuentra la Torre de Londres, lugar donde se esgrimen los emblemas de la monarquía inglesa desde hace un milenio (el poder- encarnado en las Joyas de la Corona; el terror- en la fortaleza fueron encarcelados reinas y otros personajes de alcurnia).Es en realidad un castillo-fortaleza que ha sido palacio, observatorio, casa de la moneda y almacén. La visita requiere al menos unas tres horas y la entrada cuesta 19 libras. La gran cantidad de turistas se traduce en largas colas.



Pasamos de torres blancas, torres verdes, torre de St Thomas, joyas de la Corona, famosos cuervos y puerta de traidores …. La Torre de Londres nos esperará si decidimos volver y resistirá fuerte entre un bosque de rascacielos de acero y cristal.


Llegamos después a uno de los símbolos más reconocibles de Londres, después del Big Ben, el Tower Bridge. Es una maravilla de puente construido en estilo neogótico. Me pareció una obra maestra de la ingeniería civil. Sus dos mitades se levantaban y bajaban mediante bombas de vapor y permitían el paso de los barcos de mercancías. Actualmente también puedes admirar el paisaje fluvial desde la pasarela a 42 metros de altura, previo pago de una entrada.



Terminamos la tarde cruzando el Puente del Milenio que conecta la City con los barrios del sur del Támesis. Desde esa pasarela de hierro buscábamos una última e inigualable vista que no conseguimos fotografiar porque había anochecido; eso es lo malo de viajar en invierno.


Recomendaciones

Este paseo por London City puede durar de 2 horas a un día entero; nosotros lo hicimos en una tarde, descansando una hora para comer y reponer fuerzas. Se empieza en la salida de metro de Chancery Lane y puede terminar en Tower Bridge, (unos 4 km de paseo)
Frente a la Catedral de St Paul hay una oficina de Turismo donde puedes recoger un mapa con este recorrido.
Una verdadera maraña de lineas de metro y autobuses se entrecruzan en la City para llevar y traer viajeros a todos los puntos de la ciudad.
Atención a la línea de autobuses 15; son los únicos que quedan antiguos y recorren London City.


1 comentari:

Vuelos Londres ha dit...

Me han encantado todas las imágenes, felicidades