¿Qué
tendrá la capital británica para que cada año reciba más de 25
millones de viajeros?
¿Por
qué todo el mundo parece conocer Londres antes de visitarla ?
Los
autobuses rojos de dos pisos, las cabinas telefónicas, la Guardia
Real del palacio de Buckingham, los taxis, la Torre del Big Ben, la
señal de Underground, ... son símbolos que se reconocen al instante
y son todo un reclamo para los turistas.
Es
complicado saber por dónde empezar la visita y el único problema
será siempre la falta de tiempo.
Nuestra
opción primera fue buscar el corazón de la ciudad, la llamada
“milla cuadrada” (Square Mile), su perímetro medieval, la London
City.
Había
leído que allí por el año 55 a. C.,
el romano Julio César llegó a la zona y decidió crear un puerto al
que llamó Londinium (algo así como "fuerte del lago" en
bretón), en la ribera norte del estuario del Támesis. La ciudad
creció, se construyó un puente sobre el río y Londinium se
convirtió en el punto comercial más importante en ese sector del
imperio. Los romanos levantaron un templo en honor de Mitra y una
gran muralla perimetral de la que solamente son visibles algunos
restos.
Actualmente
es uno de los enclaves más caros del mundo porque allí se aloja el
corazón financiero de la ciudad. Más de 300.000 personas acuden
cada día a trabajar; en cambio, los fines de semana aparece semi
desierta porque cuenta con pocos residentes.
La
primera impresión me resultó paradójica porque siendo la zona más
moderna con innovadores rascacielos, allí estén encerrados dos mil
años de historia. No pude imaginar ni por un momento que en ese
lugar se habían asentado los romanos, no vimos ni rastro.
Lo
que sí vimos fue una mezcla de calles y callejones con nombres
medievales al lado de avenidas con esos edificios modernos repletos
de oficinas que ocultan la mayoría de las veces iglesias que
conviven con ellos en ese lugar.
Decidimos
ver solamente por fuera lo más importante que recomiendan en todas
las guías: Catedral de St Paul, el rascacielos Gherkin de Norman
Foster, la Torre de Londres, la columna del Monument y el Tower
Bridge.
La
Catedral de St Paul tiene
la cúpula de mayor diámetro del mundo, después de la del Vaticano
de Roma y ha sido escenario de acontecimientos importantes como la
boda del príncipe Carlos con Diana Spencer o el entierro de Winston
Churchil. Acceder al interior cuesta 15 libras, precio que nos
pareció excesivo. Pero tiene su explicación: los museos son gratis
porque el gobierno subvenciona la cultura; las iglesias no, porque
deben ser ayudadas por los fieles de cada religión.
Paseando
por la calle Queen Victoria encuentras casas victorianas de gran
riqueza arquitectónica que tienen su proyección moderna en los
grandes colosos que se sitúan más al este. El más famoso de estos
rascacielos es St Mary Axe, conocido por todo el mundo como Gherkin
o
“el pepinillo”, diseñado por Norman Foster.
Otro
de los puntos a tener en cuenta es el
Monument, columna
de piedra de más de 60 metros de altura que ofrece precisas vistas
desde su mirador si te atreves con los 311 peldaños de su escalera
en espiral.
Muy
cerca se encuentra la Torre
de Londres,
lugar donde se esgrimen los emblemas de la monarquía inglesa desde
hace un milenio (el poder- encarnado en las Joyas de la Corona; el
terror- en la fortaleza fueron encarcelados reinas y otros personajes
de alcurnia).Es en realidad un castillo-fortaleza que ha sido
palacio, observatorio, casa de la moneda y almacén. La visita
requiere al menos unas tres horas y la entrada cuesta 19 libras. La
gran cantidad de turistas se traduce en largas colas.
Pasamos
de torres blancas, torres verdes, torre de St Thomas, joyas de la
Corona, famosos cuervos y puerta de traidores …. La Torre de
Londres nos esperará si decidimos volver y resistirá fuerte entre
un bosque de rascacielos de acero y cristal.
Llegamos
después a uno de los símbolos más reconocibles de Londres, después
del Big Ben, el Tower
Bridge.
Es una maravilla de puente construido en estilo neogótico. Me
pareció una obra maestra de la ingeniería civil. Sus dos mitades se
levantaban y bajaban mediante bombas de vapor y permitían el paso de
los barcos de mercancías. Actualmente también puedes admirar el
paisaje fluvial desde la pasarela a 42 metros de altura, previo pago
de una entrada.
Terminamos
la tarde cruzando el Puente
del Milenio
que conecta la City con los barrios del sur del Támesis. Desde esa
pasarela de hierro buscábamos una última e inigualable vista que no
conseguimos fotografiar porque había anochecido; eso es lo malo de
viajar en invierno.
Recomendaciones
Este
paseo por London City puede durar de 2 horas a un día entero;
nosotros lo hicimos en una tarde, descansando una hora para comer y
reponer fuerzas. Se empieza en la salida de metro de Chancery Lane y
puede terminar en Tower Bridge, (unos 4 km de paseo)
Frente
a la Catedral de St Paul hay una oficina de Turismo donde puedes recoger
un mapa con este recorrido.
Una
verdadera maraña de lineas de metro y autobuses se entrecruzan en la
City para llevar y traer viajeros a todos los puntos de la ciudad.
Atención a la línea de autobuses 15; son los únicos que quedan antiguos y recorren London City.
Atención a la línea de autobuses 15; son los únicos que quedan antiguos y recorren London City.
1 comentari:
Me han encantado todas las imágenes, felicidades
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