En
los tiempos en que no había internet y la gente no tenía una
dirección de correo electrónico donde enviarse un e-mail, todos nos
comunicábamos a través de cartas y postales. Yo soy de esa
generación, la generación de las colecciones y ahora, cuando salgo
de viaje, de cada lugar visitado les mando una postal a mis nietos
que ellos guardan en una caja. Esto lo hago por nostalgia, porque no
me resisto a que se pierda la afición a guardar recuerdos.
Una
de las postales que más recuerdo de mi juventud era la imagen de una
plaza con una iglesia de la cual sobresalían dos cúpulas de tejas
vidriadas azules y blancas. La persona que me la envió me recordaba
que en ese pueblo vivían Marisol y Antonio Gades, personajes famosos
del mundo de la farándula en mis años mozos.
Sin
duda esa postal representaba la imagen más fotografiada de Altea y
también de la Costa Blanca de Alicante. Altea
es una población con el encanto bohemio de un pueblo mediterráneo
bien conservado.
Tuvimos
el placer de visitarla de día y luego volvimos al atardecer porque
es en este momento cuando
su casco antiguo despierta, las tiendas de artesanía, los
restaurantes y los bares abren y las luces lo iluminan todo.
Desde lejos, ya
se divisa la cúpula azul y blanca de la iglesia de la Virgen del
Consuelo, emblema del pueblo. Estas cúpulas son preciosas y marcaron
la pauta del estilo arquitectónico de la zona. Hoy en día es como
una seña de identidad de esta zona las casitas que se hacen con esa
clase de cúpula.
Entramos
por el Portal a la Calle Mayor. Ésta es una calle empedrada que
conserva el encanto de los pueblos mediterráneos y va desde dicho
Portal hasta la Plaza de la Iglesia. Tiene un comercio basado fundamentalmente en la artesanía.
Pero
el resto de este casco antiguo parece no existir hasta que uno
empieza a subir. Las
calles convertidas en escaleras, o las escaleras convertidas en
calles.
Entonces
aparecen las casas blancas encaladas, paredes donde asoman
buganvillas de un morado subido, jazmines florecidos
de intenso perfume enredados en preciosas rejas, calles escalonadas,
empedradas, empinadas. Desde una minúscula plaza se ven sólo techos
envejecidos.
Al
subir un poco más se llega a otra desde donde ya se ve el mar.
Luego, la plaza de la Iglesia, el punto más alto. Es el lugar
indicado para tener las vistas panorámicas más hermosas.
Lo
que se ve no tiene desperdicio: la noche ha lavado el mar, las
sierras, el cielo y la playa. La luna se refleja sobre el Mediterráneo. Es bonito y romántico.
3 comentaris:
Sin duda alguna un pueblo marinero con encanto. Esa foto a la luz de la luna con un sonido de habaneras en la lejanía...Gracias me ha gustado mucho.
El texto incita a una futura visita, sin duda. Prometo ir, aunque no se cuando...
Como bien dice "LASIESTADELVIGÍA", el texto incita a ir, a diferencia de él, mi visita, si nada lo impide, ya tiene fecha....B7s.
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