Esta
ciudad andaluza fue cuna de tres filósofos que han influido
enormemente en la cultura occidental. Córdoba dedica a su memoria
sendas esculturas que los turistas encuentran en su camino
SÉNECA.
Nació en el IV a C en la Corduba romana. Su familia se trasladó a
Roma donde hizo carrera como profesor de Nerón. Este mismo emperador
le acusó de conspirador y le condenó a suicidarse.
Sus
obras filosóficas influyeron en todo Occidente.
La
escultura de Séneca es de cuerpo entero, en pie, con un rollo en la
mano. Se alza sobre un pedestal de sillares de piedra caliza. Nos la
encontramos al salir del barrio judío, en la puerta de Almodóvar.
AVERROES.
Este cordobés (1126-1198) ocupó el cargo de juez bajo el gobierno
almohade hasta que fue desterrado por hereje. Sus libros de
astronomía fueron estudiados toda la edad media.
En
su escultura aparece sentado y sosteniendo un libro sobre su rodilla.
Está
en la avenida Doctor Fleming.
MAIMÓNIDES.
Fue filósofo y matemático, pero también médico. O lo que es lo
mismo: “compañero del dolor”, pues así veía su relación con
los pacientes. Nacido en el año 1135 huyó a Egipto, donde llegó a
convertirse en médico personal de Saladino I.
La
escultura está en la plaza Tiberíades, y dicen que quien toca su
babucha izquierda se hace más sabio.
JULIO ROMERO DE TORRES. Casi
toda la obra pictórica de este famoso pintor cordobés habita en un
hermoso edificio que fue antiguo Hospital de la Caridad.
Entras en el museo buscando la esencia de “la mujer morena, la de los
ojos de misterio y el alma llena de pena” – como dice un
pasodoble español.
Cruzas el vestíbulo de entrada y coges el folleto explicativo. Cuando ves su diseño sabes que gozarás de una agradable visita.
La
mayoría temática de su producción artística son los retratos: Actrices, bailaoras y cantaoras llenaron sus lienzos. Julio Romero se transformó en cronista gráfico de su época. Y
Córdoba, su ciudad, siempre en el fondo de sus cuadros.
Esa
forma de pintar las mujeres dota a su obra de un estilo propio,
personal e incalificable.
Cuando
sales piensas que ya has descubierto esa esencia de la ciudad, una
esencia envuelta en la piel canela y los ojos negros que alumbran a
la mujer cordobesa.
No puedo evitarlo, me gusta.
No puedo evitarlo, me gusta.
1 comentari:
¡¡Que grande eres pequeña!!
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